En casa de Pilar Cuellar hay varios juegos de mesa, por eso cuando llego el juego al niño le pareció aburrido, pero la mamá y el papá lo motivaron. Estos es lo que nos cuentan: “Cuando se animó le encanto, ahora se la pasa jugando, logro que los tres gozáramos de los retos. No se nos presentó dificultad, como estábamos los tres nos apoyábamos en los retos, saco de nosotros mucho estrés, el juego ayuda en la expresión corporal, la inventiva, fue un momento mágico para mi hijo, pero debo confesar que más para nosotros como adultos, saco ese niño que llevamos dentro. Los adultos tenemos que tener algo de niños, cuando mi hijo me dice “mamita juguemos” y uno no pone atención, pierde oportunidades valiosas de aprendizaje, el tiempo que se comparte con ellos es oro. Somos nosotros los padres quienes nutrimos el amor por el arte, la cultura, la literatura, gracias por ayudar a recordárnoslo”.